Combinación
de piano y fuelles de órgano, el Fotoplayer consistía en una elaborada
maquinaria que incluía además de tambores e instrumentos de percusión, podía
recrear efectos de sonido, como el canto de un pájaro o el disparo de un arma
de fuego, por lo que podríamos considerarlo el abuelo de los sintetizadores
modernos. Se produjo entre 1912 y 1925; a pesar de que se hicieron entre 8 y 12
mil unidades, sólo 50 han llegado hasta nuestros días y sólo 12 están en
condiciones de escucharse.
Antes de las películas tenían sonido, se descubrió
que la reproducción de música de fondo durante una película podría ayudar en el
desarrollo de un estado de ánimo particular para una determinada escena.
Inicialmente, pequeños teatros usarían pianolas para producir música de forma
automática a partir de rollos de pianola. Después de algún tiempo, algunos de
estos pianos se han concedido en tamaño con los órganos de tubos y efectos de
sonido insertados en grandes gabinetes conectados a los lados del piano.