En sentido popular, la música
clásica es la música de tradición «culta». Este término tiene mucha
aceptación en los medios escritos, y así lo recoge la Real Academia
Española. Es
el nombre habitual que reciben la música académica (también llamada música
«docta») exclusivamente de Occidente. La
música culta está hecha exclusivamente para ser oída, a diferencia de otras
músicas adjuntas a otras formas de entretenimiento (la música de
cine es ejecutada a veces en salas de concierto). Los conciertos de música
clásica suelen tener una atmósfera solemne, se espera que el público esté en
silencio para evitar distraer al músico y los oyentes. Los intérpretes de
ordinario visten de manera formal, una práctica vista como un gesto de respeto
para la música y el público; y tampoco interactúan directamente o bromean con
el público. Lecturas privadas de música de cámara
pueden tener
lugar en ocasiones domésticas más informales.